Selección Mexicana: Desilusión nacional

Javier Aguirre va llegando y es prematuro exigirle que de la noche a la mañana cambie la inercia negativa.

Javier Aguirre va llegando y es prematuro exigirle que de la noche a la mañana cambie la inercia negativa de un representativo que no tiene materia prima para más

¡Qué lejos está el futbol mexicano de ser ese bálsamo necesario para escapar -aunque sea durante 90 minutos- de los problemas cotidianos y la situación del país!

La Selección Mexicana está convertida en un equipo que solo inspira pena y tristeza. El abandono de la afición que ya ni en Estados Unidos asiste a los estadios es un claro síntoma de la grave crisis que vive el balompié nacional.

Javier Aguirre va llegando y es prematuro exigirle que de la noche a la mañana cambie la inercia negativa de un representativo que no tiene materia prima para más.

Tampoco se pueden esperar milagros. Con el 'Vasco' el equipo va a apostar por el orden, la disciplina, meter la pierna fuerte y no se va a escatimar en entrega porque los futbolistas saben que el que se relaje, va para afuera.

Sin embargo, quien crea que se van a cuidar las formas, que México va a tener un estilo propio o que se le va a pelear de tú a tú a las potencias, de una vez que se vaya haciendo a la idea de que eso no sucederá.

Ante Canadá quedó claro: cada que el portero Luis Ángel Malagón tenía el balón en los pies, el pelotazo largo para buscar ganar el rebote fue sistemático. Nada de elaboración ni de salir jugando para correr riesgos. Despeje y a ver qué pasa.

Ojo que esa postura fue ante una selección que, si bien ha crecido y tiene a futbolistas de primera línea como Alphonso Davies, no se trata en lo absoluto de un equipo poderoso a nivel mundial.

El nivel del Tricolor es muy precario, los jugadores nacionales no están habituados a la alta competencia y eso queda exhibido cada que tienen enfrente a un equipo medianamente decente. Nueva Zelanda no fue parámetro alguno, no existe. Canadá, sí.

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