Obispo llama a fortalecer el diálogo y la responsabilidad familiar ante el aumento de divorcios
El obispo Hilario González insta a fortalecer el diálogo y la responsabilidad familiar en Monclova para prevenir divorcios y proteger a los hijos.
El líder diocesano subraya la importancia del amor, la comunicación y la formación integral de los hijos como pilares para prevenir rupturas matrimoniales en Monclova
Ante el incremento de conflictos familiares y casos de divorcio, el obispo Hilario González hizo un llamado a los matrimonios a reforzar el diálogo, la comprensión y la paternidad responsable, como vías esenciales para mantener la unidad familiar y proteger el bienestar emocional y espiritual de los hijos.
El diálogo, clave para prevenir rupturas matrimoniales
El obispo destacó que uno de los principales factores para evitar la separación es el diálogo constante entre los esposos, especialmente en los momentos de dificultad. Explicó que, así como durante el noviazgo el amor se alimenta de la comunicación, en el matrimonio ese vínculo debe profundizarse aún más, especialmente cuando se enfrentan desafíos como la falta de trabajo, la pobreza o las diferencias de carácter.
Indicó que muchas de las rupturas actuales podrían prevenirse si las parejas recuerdan las promesas realizadas el día de su unión religiosa, comprometiéndose a amarse y respetarse todos los días de su vida, tanto en lo próspero como en lo adverso. Recalcó que la restauración de la familia comienza con la restauración del corazón y con la decisión de mantener vivo el compromiso matrimonial.
Bienestar integral de los hijos, más allá de lo material
El obispo González resaltó que los padres deben procurar el bienestar integral de los hijos, abarcando su desarrollo físico, intelectual, afectivo y espiritual. Observó que, en muchos casos, los padres se enfocan únicamente en cubrir las necesidades materiales, dejando de lado el acompañamiento emocional y la formación en valores.
Advirtió que, cuando se produce una separación, existe el riesgo de que los hijos sean tratados como objetos de disputa, comparables a bienes materiales como una casa o un automóvil. Enfatizó que los niños no son pertenencias, sino fruto del amor de sus padres, y merecen atención, respeto y una educación integral que les permita crecer en un ambiente de amor y fe.
Amor y responsabilidad, bases de una familia sólida
El obispo concluyó su mensaje exhortando a las familias a practicar una paternidad y maternidad responsable, entendida como el compromiso de procurar el desarrollo pleno de los hijos. Explicó que esta responsabilidad no se limita al sustento económico, sino que debe incluir el acompañamiento espiritual y emocional, para que los niños se sientan profundamente amados y seguros.
Afirmó que solo a través del diálogo, el amor y la fe, las familias podrán superar los retos actuales y construir relaciones más fuertes y duraderas, capaces de reflejar la verdadera esencia del compromiso cristiano y del amor que Dios enseña a través del ejemplo de la familia.
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