Frío y baterías: el invierno que golpea tu bolsillo
Con los fríos fuertes, las pilas se debilitan más rápido, el arranque exige más.
Cuando el termómetro comienza a bajar, para muchas familias con vehículo propio el cambio no solo implica sacar la chamarra de invierno: también significa que el coche puede convertirse en un gasto sorpresa. Con la llegada de las bajas temperaturas, las fallas en acumuladores, llantas y sistemas eléctricos son más comunes, lo que se traduce en revisiones, reemplazos y ajustes que pueden desbalancear el presupuesto familiar justo cuando se aproximan las fiestas decembrinas.
El mecánico automotriz José Luis Elías explicó que durante los frentes fríos las fallas eléctricas se incrementan, principalmente en vehículos con baterías desgastadas. “Con los fríos fuertes, las pilas se debilitan más rápido, el arranque exige más y también las llantas se bajan porque el aire se contrae con el clima”, señaló.
El fenómeno tiene una base técnica clara: las baterías automotrices funcionan mediante una reacción química que, al descender la temperatura, se vuelve más lenta. Esto reduce su capacidad de entregar energía, justo cuando el motor necesita más potencia para encender, ya que el aceite se espesa y la fricción interna aumenta.
Elías indicó que las consultas por fallas eléctricas en su taller aumentan cada diciembre y enero. “Una revisión o carga de batería cuesta entre 200 y 500 pesos, dependiendo del tipo de vehículo, pero si la batería ya no retiene carga, un reemplazo puede ir de 1,500 a 3,000 pesos”, mencionó. Estos gastos, añadió, suelen ser imprevistos para los conductores, que en muchos casos no prevén mantenimiento preventivo antes del invierno.
Por otra parte, el descenso de temperatura también afecta a las llantas, ya que el aire en su interior se contrae cuando baja el termómetro, generando una pérdida promedio de 1 a 2 libras de presión por cada 10 °C de disminución. Esto reduce la tracción, aumenta el desgaste irregular y provoca mayor consumo de combustible, un efecto que también impacta directamente el bolsillo.
El interés del tema radica en que un cambio ambiental aparentemente menor puede convertirse en un problema económico para miles de hogares. En una ciudad donde la mayoría de los trabajadores depende del automóvil para desplazarse, un desperfecto puede significar no solo un gasto adicional, sino la imposibilidad temporal de acudir al trabajo o realizar actividades diarias.
Desde una perspectiva económica, este tipo de imprevistos representa un aumento del gasto familiar en una temporada en la que ya se registran compromisos financieros por las compras navideñas. Además, reduce el ahorro disponible y obliga a posponer otros pagos o mantenimientos.
Elías recomendó revisar la batería antes de que llegue el frío más severo, limpiar los bornes, asegurarse de que el alternador funcione correctamente y mantener las llantas con la presión recomendada por el fabricante. “Una revisión a tiempo puede ahorrarte un gasto mucho mayor”, apuntó.
En conclusión, el invierno no solo enfría las calles, sino también los acumuladores y las finanzas de los hogares. Tomar precauciones básicas puede marcar la diferencia entre circular sin contratiempos o enfrentar un gasto inesperado que afecte la economía familiar.
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