Manicuristas resienten baja pese a vísperas de fiesta

Navidad y Año Nuevo impulsaron manicura, aunque crisis económica redujo clientela.
Durante las vísperas de Navidad y Año Nuevo, el sector de la manicura suele colocarse entre los más favorecidos por la demanda de servicios estéticos. Decenas de mujeres buscan lucir uñas a la moda para celebraciones familiares y eventos sociales, lo que tradicionalmente incrementa el trabajo para las manicuristas de la ciudad. Sin embargo, este 2025 el panorama fue distinto para algunas trabajadoras independientes.
Dulce Cuevas, manicurista con negocio en la colonia Loma Linda, señaló que aunque hubo movimiento, la temporada no alcanzó las cifras de años anteriores. “Este mes tuve aproximadamente 35 aplicaciones”, comentó, una cantidad menor frente al ritmo habitual de otras temporadas decembrinas, cuando el flujo de clientas era constante durante varias semanas.

Menor demanda en fechas clave.
En entrevista, Cuevas explicó que en otros años solía atender hasta tres clientas diarias, lo que representaba entre 70 y 80 aplicaciones mensuales, descontando los días de descanso. En esta ocasión, la diferencia fue evidente. Para la especialista, esta disminución podría estar relacionada con la situación económica que atraviesan muchas familias, principalmente por la falta de empleo o ingresos estables, lo que las obliga a priorizar gastos.
Servicios premium aún presentes.
A pesar del descenso en la demanda general, los servicios más elaborados no desaparecieron por completo. Dulce detalló que las uñas más costosas que realizó en la temporada alcanzaron los mil pesos, debido a la complejidad del diseño. Estas aplicaciones incluían dibujos a mano alzada, pedrería y diversos efectos especiales, trabajos que requieren mayor tiempo, técnica y materiales de calidad.
Pasión por el oficio
Más allá de los números, la manicurista destacó el amor que siente por su trabajo. Aseguró que cada aplicación la realiza con dedicación y paciencia, incluso cuando alguna técnica nueva no resulta perfecta al primer intento. “Mis clientas son muy fieles y no se desesperan”, afirmó, reconociendo la confianza que han depositado en su crecimiento profesional.

Más que clientas, vínculos personales
Cuevas comentó que el tiempo que pasa con cada persona, generalmente dos horas o más, permite crear un ambiente de cercanía y es como conoce las complicaciones económicas por las que llegan a pasar en sus hogares.
Aunque la temporada decembrina no cumplió todas las expectativas, Dulce Cuevas considera que el sector de la manicura sigue siendo un buen negocio.
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