Región Carbonífera en alerta por llegada de aves infectadas H5N1
Región Carbonífera en alerta por aves migratorias con H5N1; implementan medidas preventivas para proteger aves locales y población humana de esta amenaza.

Especialistas y guardabosques supervisan llegada de especies migratorias tras detectar virus H5N1 en costas vecinas, implementando medidas preventivas para proteger aves locales y población humana.
La región carbonífera se mantiene en alerta ante la posible llegada de aves migratorias portadoras de la fiebre aviar, luego de que en las costas de Tamaulipas se confirmara la presencia de un polluelo infectado con el virus H5N1. Este hallazgo encendió los focos rojos entre autoridades locales, quienes advierten que la migración de aves marítimas podría propagar la enfermedad a aves silvestres y domésticas en Coahuila, aumentando el riesgo para la salud humana.
José Antonio Dávila Paulín, coordinador de la Comisión de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) Cuenca Don Martín, indicó que ya se activó un protocolo de vigilancia ante la posible llegada de estas aves a la región carbonífera. Cada año, más de 20,000 aves migratorias provenientes del sur del país y diversas costas mexicanas arriban a Coahuila para cumplir sus procesos de reproducción durante las temporadas de otoño e invierno. Entre ellas se encuentran gaviotas, patos y otras aves acuáticas locales que podrían portar la cepa H5N1.La fiebre aviar es causada por virus del tipo influenza A, siendo H5N1 una de las cepas más peligrosas por su alta mortalidad en aves y su capacidad de infectar a humanos. Según el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), en los últimos años se han reportado brotes de fiebre aviar en 12 estados del país, con un promedio de 1,500 aves afectadas por año, especialmente en zonas costeras y humedales que sirven de refugio a las especies migratorias.
Migración. Como parte del monitoreo preventivo, la CONANP informó que los guardabosques estarán atentos a cualquier actividad aérea inusual y a la llegada de aves migratorias. Estas acciones se coordinan con el sector salud para realizar análisis preventivos y aislar cualquier ave sospechosa. “Nuestro objetivo es identificar rápidamente cualquier foco de infección antes de que pueda afectar a aves locales y a la población humana”, indicó Dávila Paulín.Se estima que durante la temporada otoño-invierno arriben al menos 15,000 aves migratorias a la región carbonífera, de las cuales un pequeño porcentaje podría estar infectado. La vigilancia incluye inspecciones visuales, muestreo de aves caídas o enfermas y revisión de nidos en humedales y áreas protegidas. Se recomienda a los productores avícolas extremar precauciones, reforzar la bioseguridad en granjas, evitar contacto directo con aves silvestres y reportar cualquier ave enferma o muerta.
Riesgo. Aunque la fiebre aviar afecta principalmente a las aves, la cepa H5N1 puede infectar a humanos, principalmente mediante contacto directo con aves infectadas o sus secreciones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que, desde 1997 hasta 2024, se han registrado aproximadamente 900 casos humanos, con una mortalidad cercana al 53 %, lo que evidencia la peligrosidad del virus. En México, hasta el momento, no se han registrado contagios humanos por esta cepa, pero las autoridades locales llaman a extremar precauciones.El virus también puede propagarse indirectamente a través de la contaminación de alimentos, agua y superficies donde las aves infectadas hayan estado presentes. Por ello, los especialistas recomiendan no tocar aves muertas, cocinar completamente productos avícolas y mantener limpias las áreas de alimentación de aves domésticas.
Vigilancia. El plan de vigilancia incluye patrullajes diarios en humedales, ríos y áreas naturales protegidas, así como puestos de monitoreo en puntos estratégicos de la región carbonífera. Los equipos de CONANP y personal de salud estarán equipados para tomar muestras de manera segura y enviarlas a laboratorios especializados.Asimismo, se desarrollan campañas informativas dirigidas a la población sobre la prevención de contagios y la importancia de reportar aves muertas o enfermas. “La coordinación entre autoridades ambientales, sanitarias y la ciudadanía es fundamental para evitar un brote”, concluyó Dávila Paulín.
Prevención. Entre las medidas preventivas destacan reforzar la bioseguridad en granjas, limitar el contacto con aves silvestres, reportar aves enfermas o muertas y extremar la higiene personal tras manipular aves o productos avícolas. Estas acciones buscan minimizar el riesgo de propagación del virus en la región carbonífera y proteger tanto a la fauna como a los seres humanos.Con la llegada de las aves migratorias, autoridades y población deberán permanecer vigilantes durante los próximos meses, ya que la temporada de reproducción coincide con un mayor riesgo de contagio.
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