Tercer domingo de Adviento: significado de la vela rosa y el Gaudete
El tercer domingo de Adviento marca un giro hacia la alegría. Conoce el significado de la vela rosa y su tradición.
Este domingo 14 de diciembre, la Iglesia celebra el tercer domingo de Adviento, conocido como Domingo de Gaudete, un día que introduce un tono de alegría y regocijo en la espera navideña. En la Corona de Adviento, símbolo formado por un círculo de ramas verdes y cuatro velas, se enciende en esta fecha una vela de color rosa, que simboliza el gozo y la consuelo ante la inminente llegada de la Navidad, recordando valores como la esperanza, la paz, el amor y la alegría.
El Adviento, tiempo de preparación espiritual para la Navidad, llega a su tercer domingo con un cambio de tono. Mientras los dos primeros domingos enfatizan la espera y la reflexión, el Domingo de Gaudete —del latín “regocíjense”— anuncia la cercanía del nacimiento de Jesús con un carácter festivo. Este día invita a los fieles a vivir con una esperanza renovada y alegría, marcando un contraste consciente dentro del periodo de preparación.
La vela rosa: símbolo de gozo en la Corona de Adviento
El signo más visible de esta celebración es el encendido de la tercera vela en la Corona de Adviento, que se distingue por ser de color rosa. Mientras las otras tres velas son tradicionalmente moradas (o azules en algunas tradiciones), la rosa representa el gozo y el consuelo. Este acto, que se realiza en iglesias y hogares, marca el avance hacia la Navidad y sirve como recordatorio visual de que la llegada del Salvador es inminente.
Origen e historia de la Corona de Adviento
La Corona de Adviento es una tradición cristiana con orígenes en la Europa del siglo XIX. Se registra su uso inicial alrededor de 1839 como una herramienta pedagógica y visual para ayudar a los fieles, especialmente a los niños, a contar las semanas previas a la Navidad. La palabra “Adviento” proviene del latín adventus, que significa “venida” o “llegada”, en referencia a la espera del Mesías.
Simbolismo completo del círculo y las velas
La corona en sí, hecha de ramas verdes perennes (como pino o abeto), simboliza la vida eterna y el amor de Dios. Su forma circular representa la eternidad, sin principio ni fin. Las cuatro velas se encienden progresivamente cada domingo, encarnando valores esenciales: la primera es de esperanza, la segunda de paz, la tercera (rosa) de alegría y la cuarta de amor. Esta práctica acompaña un periodo de reflexión y crecimiento espiritual en preparación para la celebración del 25 de diciembre.
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