Yazmin lucha contra el cáncer terminal con la fuerza del amor a sus hijos

Con dolor y limitaciones, una madre enfrenta un cáncer terminal aferrada a sus tres hijos, su mayor motor.

A sus 44 años, Yazmin Juárez enfrenta una dura batalla: cáncer terminal en el hígado. Aunque el diagnóstico médico no ofrece esperanza de cura, ella encuentra motivos para resistir en sus tres hijos, quienes se han convertido en la razón más fuerte para mantenerse en pie, incluso en medio del dolor, la tristeza y la presión económica que cada día la rodea.

La enfermedad le ha arrebatado peso, energía y tranquilidad. “Hay días que el dolor en el vientre no me deja ni comer”, confiesa. Las comidas ligeras y los medicamentos apenas logran aliviar los síntomas. Sin embargo, ella asegura que levantarse sabiendo que sus hijos la necesitan, le devuelve fuerzas para continuar.

Los gastos que la asfixian

Aunque cuenta con seguridad social, muchas de las medicinas que requiere no siempre están disponibles. Cada semana debe gastar hasta 1,500 pesos en inyecciones para disminuir el dolor, además de parches que superan los 1,000 pesos. A ello se suman suplementos alimenticios costosos y pañales para adulto, insumos que la familia no siempre puede cubrir. “Mi pensión es muy pequeña y no alcanza para todo lo que necesito”, explica con preocupación.

Madre y sostén de familia

Yazmin es cabeza de familia y vive en la colonia La Borja, en Frontera, junto a sus tres hijos: una joven de 26 años que aún la acompaña en casa, otra de 18 que acaba de iniciar la carrera de enfermería y un adolescente de 15 que cursa la preparatoria. “Soy sola con mis hijos y me siento muy presionada por tantos gastos, pero ellos son mi motor para salir adelante”, asegura con la voz entrecortada.

Hace casi dos años recibió la noticia de su diagnóstico. Desde entonces, su vida ha cambiado radicalmente: dejó de trabajar en una financiera y fue pensionada, aunque con un ingreso insuficiente. Hoy su principal batalla es contra el tiempo, los medicamentos y los gastos que parecen no tener fin, pero también contra la incertidumbre del futuro de sus hijos.

Una petición de solidaridad

Consciente de que su camino es difícil, Yazmin no pierde la fe y pide apoyo solidario a la comunidad para poder costear sus tratamientos y necesidades básicas. “Sé que mi enfermedad es terminal, pero necesito seguir viviendo, aunque sea un día más, para estar con mis hijos”, expresa.

Quienes deseen tenderle una mano pueden contactarla al número 866 172 0174 o realizar un apoyo económico a la tarjeta 4169 1608 4214 8687 de Bancoppel.

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